Challenging time for the industry (English version only / Solo la versión en Inglés)

Ahora que el mundo está atrapado en la crisis del coronavirus que comenzó en China y ahora se ha extendido por todo el mundo, quizás sea un buen momento para que todos reflexionemos. Nos ha enseñado que nos hemos vuelto demasiado dependientes de los suministros del Lejano Oriente, lo que ha hecho que casi todo sea mucho más difícil de obtener en nuestra hora de necesidad. Los problemas de suministro afectan a tantos aspectos de nuestra vida cotidiana como la medicación, componentes esenciales de la maquinaria como las piezas de automóvil. Esto ha afectado directamente a muchas otras actividades industriales, incluido el suministro de cintas transportadoras de caucho, donde los fabricantes chinos se están apoderando del mercado y suministran cintas de calidad a menudo muy dudosa que simplemente están diseñadas para ser baratas.
Me pregunto qué hará el mundo una vez que la crisis del coronavirus (y la siguiente crisis económica) finalmente termine. ¿Volverán las empresas a trabajar con productos importados que en el 80-90% de los casos no cumplen con los estándares y especificaciones de calidad y seguridad que se supone que deben cumplir? Peor aún, ¿comprar productos importados que tienen casi una total indiferencia por el impacto en el medio ambiente, como el uso de contaminantes orgánicos persistentes o sustancias que se cree que causan diversas formas de cáncer? Sabemos que todas las cintas transportadoras parecen largos tramos de caucho negro, pero cuando se trata de calidad, seguridad y nuestro medio ambiente, es más que una cuestión de color o precio.
Espero que los usuarios de cintas transportadoras reconsideren sus criterios de compra y dejen de comprar a proveedores que simplemente están engañando las especificaciones. Correas resistentes a la abrasión que son menos resistentes a la abrasión de lo prometido. Correas resistentes al aceite que solo tienen una resistencia muy limitada al aceite; cinturones resistentes al calor que no pueden soportar las temperaturas que se supone deben soportar y, lo que es peor, cinturones que se dice que son resistentes al fuego pero que en realidad se queman como papel cuando se exponen a las llamas. ¿O seguirá funcionando como de costumbre y los compradores solo mirarán los precios iniciales que los fabricantes chinos están usando para acabar con la competencia europea?
Al final, todos sabemos que un buen producto funcionará mejor y dará el menor costo de vida útil. Debemos alejarnos del pensamiento de 'desechar', que con tanta frecuencia vemos no solo en la vida privada sino también en los negocios. El simple hecho de comprar productos que se fabriquen con honestidad en Europa y que estén diseñados para durar y no dañar nuestro medio ambiente seguramente debe ser una lección que aprendamos de esta terrible crisis.

¡Veamos qué pasa!

Saludos cordiales,
andres smilda
Director de Ventas y Mercadeo

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